lunes, 28 de febrero de 2011

La evolución de los humanos...

Hombre de Texcal.

El espécimen se localizo en el año de 1964, durante la segunda temporada de exploraciones en la Cueva de Tescal Valsequillo, Estado de Puebla.

Los restos corresponden a un individuo de sexo masculino, adulto de una edad que oscila entre los 35 y 45 años con una estatura de 1.52 metros. Su antigüedad es de 7,480.

Hombre de San Vicente Chicoloapan.

Este cráneo se encontró en el pueblo de San Vicente Chicoloapan, Estado de México en 1955. Se trata de un hallazgo fortuito.

El cráneo corresponde a un individuo de seco masculino, adulto joven, con una edad entre los 20 y 25 años. Su antigüedad de 4, 500 años.

Hombre de Tlapacoya.

Cráneo localizado de manera fortuita en 1968, durante las excavaciones arqueológicas, en el cerro de Tlapacoya, Estado de México.

El hallazgo pertenece a un individuo de sexo masculino con una edad aproximada de 30 a 35 años. Su antigüedad es 12, 000 años.

Hombre de Balderas.

Durante el año de 1968, en la calle de Balderas, ubicada entre las avenidas Independencia y Juárez en la Ciudad de México, se encontraron restos humanos mientras se realizaban las excavaciones profundas para construir la Línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo Metro.

Esta pieza pertenece a un individuo de sexo masculino de edad aproximada entre los 35 y 40 años. Con una antigüedad de 10, 500 años al presente.

Mujer del Peñón III.

La Mujer del Peñón es el nombre con el que se conoce a los restos fosilizados de un humano femenino encontrado en la localidad de Peñón de los Baños en la Ciudad de México. La relevancia de este hallazgo arqueológico consiste en que el fechamiento mediante radiocarbono-14 de los restos indica una antigüedad de alrededor de los 13 000 años, lo cual vendría a desmentir la hipótesis de que el hombre llegó a América procedente de Asia durante la última glaciación hace 11 500 años.

Se ha logrado extraer ADN mitocondrial de los molares de la mujer, lo que reveló que esta tenía herencia genética asiática.